En los dos últimos años han sido 154 las personas que han acudido a los servicios especializados.
Aunque investigaciones recientes han determinado que en el territorio alavés existen 1674 personas con problemas de adicción al juego, un 0,8% de la población, durante los dos últimos años sólo 154 han iniciado algún tratamiento de rehabilitación. Éste es el principal dato que se extrae de un estudio presentado ayer por la asociación alavesa de jugadores en rehabilitación (ASAJER). El colectivo considera que es una cifra baja y cree que puede deberse a que “muchas de las personas no tienen constancia del problema que sufren”, y a la baja concienciación social respecto a esta patología.
Coincidiendo con el Día sin Juego de Azar, ASAJER presentó ayer los resultados de un estudio que ponen de manifiesto que sólo 9 de cada 100 personas que sufren este tipo de patología en Álava inician un tratamiento de rehabilitación.
El análisis está considerado como la segunda parte de una investigación anterior, que permitió cifrar en 1674 (un 0,8% de la población) el número de alaveses con adicción al juego. Tras conocer esa cifra, el objetivo de ASAJER era “conocer el porcentaje de los que inician tratamiento y sus características personales, sociales y familiares para tenerlas en cuenta a la hora de diseñar nuevos programas”, explicó Idoia Axpe, psicóloga de la asociación.
Así, los datos desvelan que en los dos últimos años han sido 154 las personas que han iniciado algún programa de deshabituación, sólo un 9% del total. De ellos, 81 acudieron al Servicio de Alcoholismo y Ludopatía de Osakidetza, 58 a ASAJER, y 10 a centros privados.
Desde ASAJER reconocen que es un porcentaje bajo y consideran que puede deberse a que “muchas personas no tienen conciencia del problema que sufren ni la magnitud de la situación y tampoco hay una concienciación social porque se sigue viendo la ludopatía como un vicio”.
Asimismo, intuyen que los tratamientos que ofrecen “son de tipo ambulatorio”, lo que tampoco ayuda a que las personas con esta adicción puedan “dejar de lado el problema”.
MÁS HOMBRES
En cuanto a las características de los jugadores en recuperación, cabe destacar que la mayor parte son hombres, un 92,5%, frente al 7,5% de mujeres. Además, la mayoría tiene entre 35 y 55 años (el 47%), aunque destaca el elevado porcentaje (14,8%) de los menores de 25.
Además, los usuarios de estos programas de rehabilitación cuentan con una buena preparación en lo referente al nivel de estudios, aunque muchos desarrollan trabajos no cualificados. Su principal adicción son la máquinas tragaperras (en un 79% de los casos), y cuando deciden acudir a algún centro llevan jugando entre uno y cinco años (un 30%), aunque también es alto el porcentaje (24%) de los que acumulan de 6 a 10 años de adicción. Aunque la mitad de los usuarios de estos programas de rehabilitación empezó a jugar entre los 18 y 29 años, destaca el hecho de que un 33% se ha iniciado a edades muy tempranas, entre los 10 y 17 años.
Desde ASAJER explicaron que los tratamientos se prolongan de media unos dos años, aunque “depende de las circunstancias personales”. Además, al final del estudio, el 37,4% de los usuarios continúa en tratamiento, el 17,1% ha logrado el alta, y el 23% lo ha abandonado.
ASAJER CONSIDERA NECESARIO ABORDAR EN PARTICULAR LOS CASOS QUE AFECTAN A LAS MUJERES
Una de las conclusiones más llamativas del estudio realizado por la Asociación Alavesa de Jugadores en Rehabilitación es el menor índice de asistencia a centros por parte de las mujeres. Por ello, desde la asociación consideran necesario “valorar más claramente cuál es el papel de la mujer y realizar campañas específicas”.
Según explicó Ana Herrezuelo, “mientras los hombres suelen acudir acompañados de la madre, la mujer o la novia, las mujeres lo hacen solas y sin que su familia se entere, porque se enfrentan al problema en soledad”.
Las responsables de ASAJER evidencian, además, una nula derivación de casos a los centros desde los Servicios Sociales, por lo que abogan por “ofrecer los recursos que les permitan conocer o detectar una problemática de juego” que, según explican “muchas veces se oculta tras síntomas depresivos o de ansiedad, o bien problemas de familia o de pareja”.
Del mismo modo, los datos obtenido reflejan que, de forma bastante habitual, la implicación del entorno familiar del afectado no es todo lo adecuada que podría esperarse, por lo que desde ASAJER apuestan por “ayudarles a entender qué es el juego patológico y cuál es su papel dentro del proceso de recuperación”.
(EL PERIÓDICO DE ÁLAVA, 30 DE OCTUBRE DE 2004).