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Pentsionen erreserba fondoan dagoen baino diru gehiago inbertitzen du Espainak ausazko jokoetan PDF fitxategia Inprimatu
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Osteguna, 2010(e)ko apirila(r)en 01-(e)an 18:31etan

La Comisión Nacional del Juego considera que �a propia magnitud de la cifra se constituye en un indicador de la adicción al juego de la población española.

El sector del juego en España mueve miles de millones de euros al año, más, por ejemplo, que la cifra de negocio anual que alcanza la industria textil. La a,ntidad jugada en nuestro país ascendió a  27.286,83 millones de euros. Sólo la cifra �nvertida�en bingos y tragaperras es el doble del presupuesto conjunto de los Ministerios de Sanidad, Agricultura, Vivienda y Educación previsto para 2006. Y el total apostado en el año supera lo que habrá en la �ucha�de las pensiones, en el Fondo de Reserva, al concluir 2005: algo más de 26.600 millones. Según los datos facilitados por el Ministerio del Interior, en juegos privados (casinos, bingos y tragaperras) los españoles apostaron 15.997 millones de euros, y 11.290 millones en juegos públicos, los organizados  por Loterías y Apuestas del Estado y por la Organización Nacional del Juego, organismo oficial del Gobierno, considere un año más que �a propia magnitud de esa cifra (27.286,83 millones de euros) se constituye en un indicador sociológico del aspecto lúdico o de adicción al juego de la población española�

Pese a todo, existe la crisis

Y ello, pese a que los números no son tan brillantes como parecen. Aunque sea la mayor cifra alcanzada nunca por el sector del juego en nuestro país, bingos, tragaperras, lotería primitiva y bonoloto, viven envueltos en una cierta crisis debido a distintos motivos. La situación de los bingos es más que complicada. Se contemplaba un reparto que �estinaba a premios el 70 por ciento�de la recaudación, y ahora �e ha optado por reducir los premios que, en forma de bingo y línea, se devuelven a los jugadores, hasta el 65,20 por ciento de media� En el caso de las tragaperras (conocidas oficialmente como máquinas �), el descenso es permanente desde el 2002, aunque los españoles aún �nvierten�en ésas máquinas más de diez mil millones de euros cada año.

En el caso de juegos públicos, la crisis es distinta, pero también existe. En Loterías y Apuestas del Estado se apostó por la diversificación en busca de nuevos clientes, pero no hay más y, así, la aparición del Euromillones (juego en el que hay que acertar cinco números entre 50 y otros dos entre nueve) ha dejado en pérdidas a la lotería primitiva y a la bonoloto por primera vez. Además, la competencia con la Organización Nacional de Ciegos (ONCE) ha situado a ésta en números rojos, con una caída entre 2001 y 2004 próxima al 8 por ciento, aunque parece que se ha atenuado ese descenso.

Trescientos hospitales más

 

Lo más cierto es que en España la cantidad jugada al azar ha superado por primera vez los 27.000 millones de euros. Y, por ejemplo, con ese dinero se podrían construir más de 300 hospitales de tamaño medio (200 camas) o realizarse 272.000 trasplantes de hígado, que es el de mayor coste de todos los trasplantes. Si es que es tan sencillo como que el Fondo de Reserva de las Pensiones cuenta ahora mismo con menos dinero que el apostado en bingos, casinos, tragaperras, loterías, cupones, ... durante el año pasado. Quizá sea por eso que el Gobierno del PSOE ha recogido el testigo del anterior Ejecutivo y mantiene que la población española es adicta al juego.

Aunque hay que tener en cuenta que uno de los que más incita a que padezcamos esa adicción es el propio Gobierno, que pone a disposición del público hasta once posibilidades cada 7 días, una por cada día de la semana y doblete de jueves a domingo, con la lotería nacional, la lotería primitiva, bonoloto, euromillones y quiniela. Sin embargo, sólo el  sorteo de lotería del 22 de diciembre y el Euromillones le permiten salvar con bien el ejercicio.

Gasto presuntamente real

La Comisión Nacional del Juego siempre quiere diferenciar, en cualquier caso, entre dos cifras. Una, ya comentada, la cantidad total jugada en España. Otra, �o realmente gastado, que el resultado de detraer a lo jugado aquellas cantidades que en diferente proporción le son devueltas a los jugadores en forma de premios� Según la Comisión del Juego, �l gasto real de los jugadores es de , 8.835,97 millones de euros� O sea, si un ciudadano cualquiera ha destinado al juego 600 euros en un año, le han devuelto al final del periodo unos 408 euros. Eso, ya decimos, son las cuentas de la Comisión Nacional del Juego, porque sería igual de lógico contemplar que unos pocos se han convertido se han convertido en millonarios y una inmensa mayoría han perdido todo lo jugado.

Para conocer qué Comunidad es la que, en proporción, más juega de España, Interior ha dividido evidentemente las cantidades totales por el número de habitantes, tomando como referencia el Padrón Municipal de 2004. Y así se ha obtenido que la cifra media jugada por habitante es de 620,44 euros. Comunidad Valenciana (742,39 euros), Aragón (711,39 euros) y Madrid (710,65) son las regiones con mayor juego, y su contraste se puede contemplar en las Comunidades de Galicia (419,73 euros), Navarra (468,37) y Extremadura (475,29).

ABC, 10 de Octubre de 2005

 
Dagoeneko 208 euro gastatzen du arabar bakoitzak urtean ausazko jokoetan PDF fitxategia Inprimatu
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Osteguna, 2010(e)ko apirila(r)en 01-(e)an 18:29etan

Esta cifra ha sufrido un incremento constante desde 2001, cuando la inversión ascendía a 185 euros.

La Lotería es la estrella de los sorteos, aunque el Euromillón ha calado hondo en la provincia.

La afición de los alaveses a los juegos de azar viene de lejos. Así lo demuestran los datos, que hablan de un incremento constante del gasto desde 2001. De hecho, hace cuatro años cada ciudadano de la provincia se gastaba 183 euros de media en los sorteos que promueve la entidad pública Loterías y Apuestas del Estado. Ahora, la inversión supera ya ligeramente los 208 euros, es decir, un 12% más.
Aunque se trata de una tendencia similar a la registrada en el resto de España, el delegado del organismo de la provincia, Alberto Ruiz de Arechavaleta, destaca “la buena aceptación que siempre ha habido en Álava”.
Loterías y Apuestas del Estado gestiona los juegos de la Lotería Nacional, la Quiniela, la Primitiva, el Gordo de la Primitiva, la Bonoloto y el Euromillón. Es el primero el que tiene una mayor tradición y el que acapara una mayor inversión. Así, de los 61,2 millones de euros que se gastaron los alaveses en año pasado a la hora de adquirir billetes o rellenar boletos, alrededor de 32, más de la mitad, correspondieron a la Lotería, en su versión de Navidad –la más popular-, El Niño o la de los jueves y sábados. Cada ciudadano del territorio destinó por este concepto 108 euros.
Pero uno de los sorteos que ha calado hondo en el territorio ha sido el del Euromillón, que comenzó en febrero del año pasado. En casi diez meses, el gasto ha sido de casi 10 millones de euros, algo así como 85.000 euros casa semana o 13 euros por alavés. “Está muy bien. La respuesta ha sido muy buena porque los premios tampoco están tan mal” asegura Ruiz de Arechavaleta.
Esta euforia por el Euromillón ha llevado consigo, como es lógico, un ligero descenso de la inversión en las otras modalidades de juego. “El nacimiento de uno nuevo siempre lleva consigo una especie de canibalismo hacia otros”.

 
Jokoaren morroiak PDF fitxategia Inprimatu
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Osteguna, 2010(e)ko apirila(r)en 01-(e)an 18:28etan

Ya sea en un casino, en los juegos de azar o en las carreras de caballos, existen personas que no pueden disfrutar sanamente de estas distracciones. Es la ludopatía, un trastorno del control de los impulsos.

Esta enfermedad descrita por la Asociación Psiquiátrica Americana en 1980, se puede evidenciar en jugadores que pasan muchas horas en el lugar donde juegan, por lo que descuidan a su familia, amigos, trabajos y/o estudios.

La patología presenta síntomas físicos como una excesiva sudoración en las manos, aumento de la frecuencia cardiaca y náuseas.

La experiencia que viven los jugadores patológicos se asemeja a la de otras adicciones como el alcohol. El doctor Alejandro Koppmann, psiquiatra de la Clínica Alemana, afirma “que muchos buscan acción cuando quieren experimentar una sensación similar a la que viven los cocainómanos”

De hecho, estudios afirman que la ludopatía tiene una estrecha impulsividad, lo que puede evidenciarse por elevadas tasas de abstinencia de sustancias, altos índices de suicidio entre jugadores, a hiperkinéticos y déficit atencional en la infancia.

 
Txanponjaleak eta bizitzajaleak PDF fitxategia Inprimatu
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Osteguna, 2010(e)ko apirila(r)en 01-(e)an 18:27etan

(Más de un millón y medio de españoles han vivido ese descenso a los infiernos que es la adicción al juego, una dolencia de sangrantes consecuencias para ellos y quienes les rodean).

El relato es lineal, invariable, tediosamente idéntico en casi todos los casos. La primera escena transcurre en una bar cualquiera, donde el protagonista toma tranquilamente su café de la mañana y decide, inopinada e inofensivamente, probar suerte en la máquina que reclama su atención emitiendo musiquillas joviales y luces policromadas. Una simple moneda. Sea cual sea el resultado, la apuesta no acaba en la anécdota. Al poco rato se ha visto pidiendo cambios en la barra y sumergiéndolos ávidamente en ese pozo de ruinas que es la ranura del tragaperras. El tragavidas, como lo han llamado algunos.

Quizá ese jugador ha ganado un puñado de euros , pero lo ha vuelto a gastar con creces. Las pérdidas en dinero no son, sin embargo, las peores. Más de un millón y medio de personas conocen en España ese descenso a los infiernos que representa la adicción a los juegos de azar. De ellas, un tercio son ludópatas en toda regla, es decir, enfermos de una dolencia incurable y de sangrantes consecuencias psicológicas, afectivas y sociales para quienes las sufren y para los que las rodean.

Bingos, frontones, casinos, loterías de todos los niveles y colores configuran un paisaje de supuesto entretenimiento cuyo subsuelo encierra infinidad de tragedias. El desafío a la suerte es un fenómeno cultural de profundas raíces en todas las sociedades . Por sí sólo no constituye una fuente de problema ; antes al contrario, hay una gran cantidad de juegos que divierten, hermanan y liberan la imaginación individual y colectiva. Pero cuando el sujeto se engancha a las apuestas más allá del límite de su voluntad, lo agradable deja paso a lo enfermizo. Jugar se convierte entonces en la peor de las servidumbres.

Aceptación social:

La adicción al juego es más difícil de atacar que otras dependencias por varios motivos. Uno de ellos es la aceptación social de unas prácticas institucionalizadas, a menudo dirigidas por los poderes públicos y que revierten pingues beneficios al erario en forma de tasas y recaudaciones. Otro es la resistencia del ludópata a admitir su enfermedad, porque pocos hábitos nocivos como el del juego tienen tantas coartadas a su favor para minimizar el problema o simplemente negar que exista. “Es un simple entretenimiento”, “Es cierto que pierdo dinero, pero también lo gano muchas veces”, “Yo sé controlarme”, “No hago daño a nadie pasando un rato tranquilo en el casino”, son algunas de las expresiones comunes entre jugadores patológicos. El hecho de que siempre exista una probabilidad-ínfima, pero real- de obtener el premio “gordo” y remontar las pérdidas acumuladas prolonga el autoengaño más allá de todos los límites razonables.

Aunque la ludopatía no es producto de la modernidad (como demuestra ese perfecto retrato del jugador pintado por Dostoievski en su conocida novela), hasta las últimas décadas del siglo XX no fue reconocida como enfermedad. En 1995, la American Psychiatric Association enumeró diez comportamientos característicos del caso. Si concurren cinco o más de ellos en un jugador, se trata de un ludópata que requiere tratamiento especializado.

Son los siguientes:

  1. Acentuada preocupación por el juego, manifestada en la planificación de las apuestas o la búsqueda de fórmulas para conseguir dinero con que jugar;
  2. Progresivo incremento de las cantidades jugadas, parejo a la mayor necesidad de estímulos;
  3. Fracasos constantes en los intentos de controlar o abandonar el hábito;
  4. Irritabilidad creciente, en especial producida cuando se intenta interrumpir o abandonar el juego;
  5. Escape mediante el juego de otras frustraciones o problemas;
  6. Imposibilidad de aprender de las pérdidas ; en lugar de disuadir al jugador; lo empujan a persistir para recuperar lo perdido;
  7. Recurso al engaño; el jugador miente a su familia y a sus próximos o minimiza su implicación en el juego;
  8. Recurso al endeudamiento, la trampa o el delito para conseguir dinero que inmediatamente es dedicado a las apuestas;
  9. Abandono o pérdida de relaciones personales fundamentales ( pareja, familia) o de obligaciones profesionales;
  10. Creencia infundada en que siempre habrá alguien que le preste el dinero o le saque de los atolladeros económicos.


Autoengaño y fantasías

Es una espiral urdida de autoengaños, falsas y expectativas, fantasías, fracasos y pérdidas no sólo materiales. La voluntad extinguida no es capaz de detener la caída en picado. El jugador compulsivo entra en un estado de descontrol absoluto del que muchas veces no es consciente hasta que da en la cárcel o se ve en el espejo de su propia ruina. Hay estudios que han asociado la ludopatía con otras adicciones; especialmente la del alcohol, pero sin establecer con exactitud las relaciones de causa-efecto entre ambas. Tampoco son claros los perfiles de esta clase de enfermos, que tan pronto pueden ser hombres como mujeres, adultos, como jóvenes, personas cultas como individuos carentes de instrucción. Lo que cuenta, pues, es detectar el problema, conseguir que el ludópata asuma su condición y ponerse de inmediato en manos de terapeutas o grupos de ayuda mutua. Entretanto, los poderes públicos miran para otro lado y consienten o fomentan la profusión de loterías, bingos, casinos y lugares de apuestas. Y la publicidad sigue vendiendo esa tentación en forma de enternecedoras promesas de felicidad.


(EL CORREO, 31 DE MARZO DE 2004).

 
11 eta 19 urte arteko gazteen %38ak, telefono mugikorrarekiko adikzio zeinuak erakusten ditu PDF fitxategia Inprimatu
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Osteguna, 2010(e)ko apirila(r)en 01-(e)an 18:25etan

Preocupa la falta de seguridad con la que los jóvenes utilizan nuevas tecnologías. Advierten de que las nuevas tecnologías pueden ser un problema “cuando se convierten en un fin en sí mismo”.

Videojuegos, Chat, Internet, teléfono móvil, televisión,… El desarrollo de las nuevas tecnologías ha alcanzado un ritmo frenético. Nadie duda de su inestimable aportación como valiosas autopistas de conocimiento y de acceso y de información. Sin embargo, cada vez son más las voces que alertan sobre el uso desmesurado que los adolescentes hacen de estas herramientas en detrimento de otras actividades, como las escolares.

“No se trata de demonizar las nuevas tecnologías, pero desde luego que pueden llegar a ser un verdadero problema cuando se convierten en un fin en sí mismo”, advierte Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la UPV.

Las personas introvertidas, muy impulsivas, con baja autoestima, y poco equilibradas emocionalmente son los principales grupos de riesgo, según destaca el experto.

Prótesis tecnológica. Echan mano de la Red “como una especie de prótesis tecnológica. Son personas que aparentemente tienen una serie de contactos sociales y fantasías sexuales maravillosos cuando resulta que su vida real es extremadamente pobre”, indica.

Los problemas asociados al abuso de la telefonía móvil no le van a la zaga. La inmersión tecnológica tiene su precio preocupante. El 38% de los menores de entre 11 y 17 años comienza a mostrar síntomas de adicción al móvil, según un estudio realizado por la Oficina del Defensor del Menor de Madrid y la ONG protégeles. El 26% de los alumnos de 6º de primaria reconoce que “se agobia mucho” o lo “pasa fatal” cuando se ve desprovisto del celular. Este porcentaje se eleva al 37% en el caso de estudiantes de la ESO.

Los psicólogos sostienen que existe una vacuna para sanar esta conducta: el diálogo, la tertulia, saber que no son más que medios que se pueden utilizar como puede emplearse un libro. La principal preocupación sigue siendo la falta de seguridad con la que los menores utilizan la Red para chatear o relacionarse.

 
La adicción a los videojuegos es ludopatía, según una sentencia PDF fitxategia Inprimatu
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Osteguna, 2010(e)ko apirila(r)en 01-(e)an 18:23etan
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Un juez rebaja la pena a un joven que robó códigos de un juez por Internet.

El juzgado de lo penal número 2 de Badajoz ha rabajado la pena a Raúl J.B., acusado de haber robado códigos de Dark Age of Camelot- un juego on line que explota Wanadoo- ya que considera que la adicción a los videojuegos es un atenuante de ludopatía.

El acusado, un experto en informática de 27 años, ha sido condenado a un año de prisión  y a una indemnización de 24.876 euros, frente a los cinco de cárcel y 104.878 euros solicitados por las acusaciones.

Según la sentencia, facilitado por el abogado defensor Carlos Sánchez Almeida a través de bufetealmedia.com, explica claramente la aplicación de la “circunstancia atenuante analógica de ludopatía”, algo parecido a una dependencia psicológica fruto del hábito de jugar compulsivamente. Asimismo, recoge que el delito por el que se ha condenado a Raúl J.B. ha sido el de descubrimiento y revelación de secretos por intrusión informática.

El análisis médico al que fue sometido este experto en informática refleja que “cumple los criterios establecidos en DSM IV para el diagnóstico de adicción a los videojuegos, produciendo dicha adicción una merma importante de su capacidad volitiva”. No en vano, el acusado reconoció durante la celebración del juicio dedicar unas 12 horas diarias a los videojuegos.

El caso se remonta al año 2003, cuando el joven de 27 años fue detenido. La policía intervino en su domicilio un ordenador y varios discos compactos que contenían el código de juego Dark Age of Camelot, uno de los más populares en Internet, que entonces explotaba en Europa la compañía Wanadoo- Francia. Dicha compañía estimó entonces sus pérdidas en “millones de euros” e incluso alegó daños a la imagen de la empresa.

La propia Delegación del Gobierno en Extremadura llegó a asegurar que las acciones del hacker pusieron “en peligro los empleos de más de 60 personas en el país galo, encargadas exclusivamente del mantenimiento y administración del videojuego”.

 

 

Diario Noticias de Álava.

22 de Febrero de 2006

 

 

 
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