(Los centros privados han prohibido el uso del móvil y los públicos demandan una ley que prohíba su utilización).
Cuando la telefonía requiere de cables, los mensajes doblados hasta la extenuación o convertidos en pequeñas pelotas de papel volaban en las aulas. De la pericia del docente dependía el final de la conversación. Pero la irrupción de los móviles hace cinco años entre adolescentes trajo consigo un aluvión de sms durante las clases difícil de combatir. De hecho, los centros escolares están preocupados por el cada vez mayor uso indiscriminado de los móviles en las aulas. Las escuelas de Vitoria consultadas por este periódico reconocen que la movilmanía está muy extendida, sobre todo entre los estudiantes de Enseñanza Secundaria, con edades de 12 a 16 años. En la actualidad, más de uno de cada dos niños vitorianos de 10 a 14 años (un 53%) tiene uno de estos artilugios-el segundo porcentaje más alto del Estado, por detrás de Asturias-,lo que ha obligado a los centros educativos a endurecer la vigilancia. Las medidas adoptadas para combatir la movilmanía en las aulas no son las mismas en todos los casos. Los centros privados han optado por prohibir el uso del móvil en sus reglamentos, mientras que la mayoría de los público, ante la ausencia de una ley específica, confiesan que asumirán con entusiasmo una ley que recogiera esta decisión. De momento, el Gobierno Vasco no contempla dicha posibilidad, que podría ponerse en marcha en algunas comunidades, como La Rioja, que ha recogido el legado del Reino Unido, donde la ministra de Educación, Ruth Kelly, presentó en febrero su plan de tolerancia cero, que prohíbe introducir móviles en los centros educativos. Corazonistas, Veracruz, Marianistas o Sagrado Corazón son algunos de los centros que han adoptado medidas extremas para que los alumnos no puedan chivarse las respuestas de los exámenes con mensajes de texto o saquen fotografías a sus compañeros. La prohibición del uso del móvil, no obstante, ha sido consensuada con los padres. Quitar el móvil en el instituto público Mendizabala, como en los anteriores, la consigna se resume en “quitar el móvil si suena en clase”, según afirma su directos, Vicente Touzón. Los alumnos pueden quedarse sin su objeto más preciado entre una y tres semanas. Este castigo ha logrado mentalizar a la mayoría de los adolescentes. La situación se repite en Federico Baraibar. El jefe de estudios de este centro público, Koldo Arregi, señala que desde hace cinco 5 años los alumnos deben desconectar el móvil antes de entrar en el aula. “Pero no sólo ellos. Los profesores deben asumir la misma norma”, matiza. Aún así, reconoce que resulta “imposible” controlar mecanismos como el vibrador. De ahí que algunos institutos, como el privado Jesús Obrero, no se lleven a engaño y se limiten a exigir que la insonorización de los aparatos a la entrada del aula para que no entorpezcan el buen funcionamiento de la clase. Más o menos flexibles, todos los centros entrevistados coinciden en que los móviles son “completamente innecesarios” dentro del recinto escolar. En el caso de que el alumno se encuentre a la espera de una llamada urgente, los colegios disponen de teléfonos para llamar: “Así es como funcionaba antes y no había ningún problema”, recuerda Koldo Arregi. Los colegios han sobrevivido al primer combate, que comenzó con timidez hace ya un lustro. Sin embargo, las nuevas tecnologías sorprenden al mundo con novedades para las que muchas veces no se encuentra preparado. Touzón lo tiene claro, “cuando nos encontremos con una situación similar, será cuestión de volver a insistir hasta que los estudiantes comprendan nuestra postura”, admite con resignación. LAS FRASES: -“Si suena el móvil en clase se lo quitamos; ahora prácticamente ninguno se arriesga”. -“Hay que insistir hasta que los estudiantes comprendan nuestra postura” (Vicente Touzón, Director del Instituto Mendizabala). -“No sólo los alumnos deben desconectarlo; los profesores deben asumir la misma norma”. -“Es imposible controlar mecanismos como el vibrador del móvil en las aulas” ( Koldo Arregi, Jefe de Estudios de Federico Baraibar). DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, 7 de Marzo de 2005
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